Los adultos cuentan con
el don de poder identificar cuáles son sus capacidades y en qué aspectos de su
personalidad deben seguir trabajando en pos de mejorarse personal y
profesionalmente. Además poseen un espectro amplio de su realidad, de su
pensamiento crítico y complejo, por tanto poseen las competencias necesarias
que le permite identificar que desean estudiar, como hacerlo y con qué
habilidades cuentan, es decir, los adultos pueden y deben administrar su propio
proceso de aprendizaje. No obstante, para que un adulto en situación de
aprendizaje obtenga el éxito esperado debe contar con educador experto en
andragogía que medie este proceso, con el fin como lo señala Castro Pereira
(2017) de profundizar “los aspectos históricos, filosóficos, psicológicos y
organizacionales de la educación de adultos” (p.3). Siendo la andragogía el
canal donde converge todas las actividades educativas vinculadas en favor de
los adultos que aprenden en las diferentes instituciones educativas.
Desaprender
para aprender.
La andragogía como se
ha venido señalando puede definirse como una ciencia que busca tejer redes
sobre la educación de los adultos. Esta consideración se hace ya que los
adultos no aprenden como los infantes, sus prácticas formativas deben
sostenerse sobre una organización que considere los andamiajes y encuadres
propios de las experiencias particulares previamente adquiridas, es por ello
que Capitillo Silva (2017) destaca:
…el
facilitador debe utilizar procedimientos, métodos, recursos que contengan la
contextualización de los aprendizajes y por ende la adecuada práctica educativa
que conlleve a procesar el aprendizaje desde un enfoque de la construcción del
conocimiento, donde el participante a partir de sus experiencias sume los
nuevos saberes y sea creativo aportando a la producción del nuevo conocimiento
(p. 4).
Los
adultos traen consigo un conjunto de vivencias, producto de su paso por la
vida, es decir cada adulto lleva consigo un arsenal de información, que le
poder ser útil, al momento de tener que construir su propio proceso de
aprendizaje pero también le puede suponer un obstáculo por ese mismo arsenal
también puede contener malas prácticas,
prejuicios, vicios, y recuerdos no gratos. Lo que decreta la importancia que
tiene el desaprender para aprender. Pero el adulto que facilita el aprendizaje
también debe desaprender y respetar el proceso del adulto que aprende, sobre
esto se retoma a Capitillo Silva (Ob. Cit) cuando señala:
Cabe
referir, el adulto no debe sentir que la interacción con los demás
participantes y con el o los facilitadores sea parte de un protocolo sino más
bien tomarlo de la manera más amigable posible… se puede decir, que ambos son
adultos con experiencias, igualados en el proceso dinámico de la sociedad. Acá
el tradicional concepto de uno que facilita conocimientos y otro que aprende,
uno que sabe y otro que ignora en algunos casos, pero posee experiencias y
saberes se transforman es una acción reciproca de aprendizaje (p.17).
En la etapa de la vida
adulta, la mayoría de las personas han estado en muchas posiciones de poder,
bien sea como administradores de nuestras propias familias o desempeñando
cargos de responsabilidad en empresas o trabajos. Es decir, han usufructuado el
poder del adulto, debido a esto en muchas ocasiones pudiese sentirse rechazo
sobre las personas que le concierne ser corresponsables en sus proceso de
aprendizaje, sin estar conscientes pudiera desarrollarse “problemas de autoridad”
que realmente pudieran ser “problemas de confrontación de ideas”, no obstante
el facilitador según a Capitillo Silva (Ibídem) debe:
…poseer
una madurez psicológica y emocional, acompañada de una formación humanística,
científica, tecnológica y social, que le permita relacionarse de manera
adecuada con los participantes y con quienes le rodean, posibilitando la
transmisión de conocimientos a través de la motivación.
En este sentido, el
adulto en situación de aprendizaje debe ser colocado en el centro del proceso
educativo, consensuando con su facilitador, todo aquello concerniente a la
autogestión de su aprendizaje, será el quien decida que contenidos
desarrollará, que métodos utilizará y como serán sus procesos de evaluación y
coevaluación de los aprendizajes, entendiendo este según Sanz (1999):
…[como] el tránsito de una estructura psicológica
familiar y segura, pero inadecuada para integrar todos los estímulos que se reciben del exterior, hacia otra estructura
desconocida pero con capacidad de devolvernos una mayor identidad social y
también personal… es un proyecto de vida
personal, profesional o social… (p. 92).
En el aprendizaje del adulto ocurren circunstancias
que se deben considerar, tales como que el adulto se inquieta seriamente por los resultados de los procesos que
emprende. Muestra responsabilidad, aceptado su grado de compromiso en la
consecución de las metas trazadas, estén o no logradas. Toman las experiencias
no satisfactorias de manera personal , lo que pudiera desencadenar en el
abandono de su objetiva o en baja estima personal.. Sin embargo los adultos en
situación de aprendizaje poseen
regularmente un alto nivel de compromiso.
Consideraciones finales:
Sobre la base de los
planteamientos ya señalados, es necesario acotar que cuando un adulto se
incorpora a un proceso educativo, lo hace desde el convencimiento de que
necesita alcanzar nuevas experiencias y competencias, que le permitirán mejorar
su calidad de vida, desarrollara nuevas habilidades sociales e interculturales
y completara un conjunto de expectativas que lo llevaran a ser mejor
profesional y mejor ser humano. No obstante, un obstáculo en este camino está
determinado por la resistencia al cambio, lo que hace necesario que el
interesado procure ejercitar las cuatro virtudes del buen aprendiz descritas
por Andersen (2017): “Aspiraciones, conocimiento propio, curiosidad,
vulnerabilidad” (p. 4-5), con el fin de obtener ventajas competitivas, ante la
velocidad que impone la sociedad del conocimiento.
Al referirse a las
aspiraciones, el adulto en situación de aprendizaje debe elevar sus esperanzas
como una clave-reto que necesita para aprender más allá de lo que se le
pretende enseñar. Debe romper con las barreras que pudiesen representar la
incorporación de nuevas experiencias de aprendizaje, se hace necesario el enfocarse
en un ganar-ganar, es decir plantearse los beneficios de este nuevo
conocimiento que se adquiere y con ello se podrán vencer las adversidades.
Asimismo, es necesario aumentar el conocimiento
propio, conocerse asimismo, y no temer ante la evaluación que otros puedan
hacer sobre nuestro trabajo académico e intelectual, aprender a escuchar las críticas,
aceptarlas valorarlas e incorporar la autorregulación es proceso paulatino de
crecimiento que algunos profesionales reconocen como una elevación de la
conciencia. Debido a esto es necesario aprender a reflexionar y tomar
conciencia de cómo se hace, con el fin de dar
valor a los aprendizajes y saberes que se obtienen a partir de estos
ejercicios.
Con respeto a la curiosidad, los adultos que
aprenden deben ejercitarla frecuentemente, ya que esto nos puede conducir a
experimentar, crear y dar nuevo sentido a los conocimientos que ya hemos
adquirido. Hay que manejar la técnica de la pregunta poderosa o generadora,
redirigir las preguntas, entrenarnos en el cuestionamiento, y esto potenciará
la creatividad.
Y finalmente,
hay que reconocer nuestra vulnerabilidad y nuestra “incapacidad para aprenderlo
todo”, no debemos sentirnos culpables por necesitar ayuda, bien sea para
incorporar nuevo conocimiento, para completar una tarea o para iniciar una
nueva experiencia de aprendizaje. Por ello retomamos a Andersen (Ob. Cit.),
cuando señala “cuando queremos aprender algo nuevo nos enfocamos en lo positivo
y lo que ganaremos de ese aprendizaje y esto nos estimula a actuar” (p.5). Es
conveniente, el auto estimulo constante al detectar inseguridades o frustraciones
que pudieran surgir en nuestro proceso de aprendizaje y trabajar la constancia
para mantenernos enfocados en las metas que nos hemos trazado.
Referencias
Andersen,
E. (2017). Curso de Iniciación, Lectura N° 3, El Adulto y sus
características en situación de
Aprendizaje. Caracas: Universidad Nacional Abierta.
Capitillo
Silva, J. (2017). Curso de Iniciación, Lectura N° 2, El Adulto y sus
características en situación de Aprendizaje. Caracas: Universidad Nacional
Abierta.
Castro,
M. (2017). Curso de Iniciación, Lectura N° 1, El Adulto y su Aprendizaje.
Caracas: Universidad Nacional Abierta
Centro
de Escritura Javeriano (s.f.). Normas APA sexta edición.
Sanz, F. (1999). Módulo II. República
Dominica: Universidad Abierta Para Adultos.
.