domingo, 19 de marzo de 2017

EL GÉNERO COMO CATEGORÍA SOCIAL

Por Suzuky Margarita Gómez Castillo

El género, como categoría social, es uno de los aportes teóricos más relevante en la lucha de las feministas contemporáneas. Esta categoría de análisis tiene su origen en la necesidad de advertir sobre las desigualdades entre hombres y mujeres, destacando la diversidad de identidades, donde lo femenino y lo masculino se construyen desde relaciones reciprocas, culturales e históricas.
El género según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002) es un:

[…] término [que] se utiliza para describir las características de hombres y mujeres que están basadas en factores sociales, mientras que sexo se refiere a las características que vienen determinadas biológicamente. Las personas nacen con sexo masculino o femenino, pero aprenden a ser niños y niñas que se convierten en hombres y mujeres. Este comportamiento aprendido compone la identidad de género y determina los papeles de los géneros. (p. 7).

El  género es una categoría transdisciplinaria, que aplica un método holístico y apunta a las características y funciones tanto psicológicas como socioculturales que se le asignan a cada uno de los sexos en determinadas etapas históricas y dependiendo de las creencias de la sociedad. Históricamente los géneros están representados en los sistemas de poder, bajo un discurso hegemónico que demuestra la presencia de conflictos sociales. A los efectos de esto, los problemas vinculados a las relaciones de género interrumpen la idea de considerar natural estas desavenencias. Lo femenino o lo masculino no representa el sexo de los sujetos, sino los comportamientos atribuidos a lo femenino o masculino. Debido a esto Cabral (2013) sostiene:

Somos portadores de un sexo-sexus dividido, parcelado, dicotomizado, fragmentado bajo la excusa biohistórica de las naturales diferencias sexuales, en dos clases sexuales bien diferenciadas: varones y mujeres, que devienen en seres tipificados por la cultura dentro de un proceso de asignación de género socialmente construido según lo que “corresponde” al comportamiento esperado de lo masculino y de lo femenino, con el predominio del modelo masculino, que ha virilizado la cultura y dominado la sexualidad. Entre los imperativos de la cultura dominante, estos son algunos nudos críticos que atan desigualmente las relaciones sociales de género. (pp. 4-6).

En este sentido, la categoría género puede comprenderse como una respuesta sobre las formas que toman las relaciones de género, que ha llegado a imaginarse como una respuesta ante otras posiciones conceptuales, entre ellas la teoría del patriarcado. Entre estas explicaciones, cabe agregar que aunque el concepto de patriarcado resulto un aporte valioso para explicar la realidad que asiste a las mujeres, este no fue suficiente para entender los procesos que se suceden dentro de las estructuras sociales y culturales de la sociedad, limitando el lugar y la inclusión de las mujeres en la realidad sociohistórica puntual.
Hecha las consideraciones anteriores, se estudia el género como una construcción social de las desigualdades sexuales, y también como un referente entre las interrelaciones de lo femenino y lo masculino. Esta indagación posibilita observar como surgen elementos que conforman la identidad del individuo, ya el género es experimentado y caracterizado en persona  en concordancia a factores determinados por el grupo étnico, la raza, la clase social, la edad entre otros aspectos. En este tenor, surge la idea de posicionamiento  la cual distingue que el análisis de género presume el estudio del contexto en el cual se desarrollan las relaciones de género de hombres y mujeres, considerando las diferentes y variadas  posiciones que ocuparan, proporcionándole un valor a las explicaciones que se generan desde el uso de la categoría.
Significa entonces, según Hernández  (2006), “…es posible constatar que toda la vida de los seres humanos se halla atravesada por su condición genérica masculina o femenina…” (p. 3). Este hecho influye directamente en la percepción de los sentimientos, la ideología y la manera de actuar en perspectiva con la realidad, conformando la subjetividad  individual. Es evidente, que la condición de género interfiere en el acceso al patrimonio material y simbólico, los medios de gestión y las acciones cotidianas. Dentro de los aportes que proporciona esta categoría  se encuentran  estudios que evidencian que el género funciona como un elemento básico en la ordenación social, y políticamente impone un principio de jerarquía no obstante, es una categoría variable entre los patrones culturales, con una sola constante transcultural, definida en la supremacía del varón en contra posición al lugar de la mujer.   

Referencias:

Cabral, B. (2013). Sexo, poder y género (Tomo II). Caracas: Fundación Editorial El Perro y la Rana.
Hernández, Y. (2006). Acerca del género como categoría analítica. En Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas (1) 13  1-10 [Revista en línea] Disponible en: http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/13/yhgarcia.pdf [Consulta: 2016, Marzo 8]
Organización Mundial de la Salud. (2002). Informe mundial sobre la violencia y la salud. Sinopsis. Ginebra: Tushita Graphic Visión.

domingo, 5 de marzo de 2017

LAS MUJERES Y LAS CASAS DE ABRIGO EN VENEZUELA

Por Suzuky Margarita Gómez Castillo. 

Las casas de abrigo  son escenarios confidenciales donde las mujeres víctimas de violencia junto a sus hijos, pueden buscar apoyo psicológico, servicios de salud,  ayuda socioproductiva para emprender nuevos proyectos de vida y estar provisionalmente en situación de resguardo ante la posibilidad que sus vidas corran riesgo. Pero contrariamente al deber ser, Itriago (2013), indica que si bien Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LOMVLV), establece en su artículo 32 que deben existir una casa por cada municipio en la realidad la deuda se mantiene con relación a la construcción de las mismas. 
En relación a las razones que argumentan las autoridades para que no se construyan nuevas casas,  Reyes y Fabio entrevistados por Itriago (op. cit.), comentan “…la planificación presupuestaria no incluye casa de abrigo…es un programa muy costoso…” (p. 2).
Son muchas las mujeres venezolanas en situación de peligro, que no reciben la protección del Estado, ya sea porque no tienen acceso  a la información, por lo  inaccesible que es llegar a la casa de abrigo o por la siguiente razón, cuesta mucho que las víctimas denuncien al agresor ante un ente como la fiscalía o los tribunales y este es un requisito indispensable, ya que se necesita que un juez dicte una medida de resguardo. En relación a esto último Aguilar entrevistada por Itriago (op. cit.) acota:
Junto a los golpes que recibe, la mujer es víctima de una descalificación constante, que le hace disminuir su capacidad para el autocuidado y la autodefensa. Así como están las armas visibles, el miedo es un arma subjetiva que la hace someterse. La mujer calla y ese silencio es el elemento cómplice que perpetúa la violencia. (p. 1).

Como resultado estas mujeres viven en situación de miedo constante, debido a la  violencia intrafamiliar y bajo el desasosiego de perder su vida en cualquier momento, así como el temor por la suerte que pueden tener sus hijos (as). Estas féminas creen que no cuentan con otra opción más allá de continuar viviendo junto a su agresor o de lo contrario se quedarían sin casa que habitar. Aunado a esto, son muchos los casos, donde ellas no cuentan con ninguna preparación o formación para el trabajo que les permitiera optar a un ingreso para sostener a su familia, llevándolas  a confrontar problemas psicológicos y  perpetuando un nuevo modelo de familia disfuncional.
De las diecinueve formas de violencia que tipifica la LODMVLV (op. cit.),  son la violencia verbal, física y psicológica las más denunciadas en palabras de González (2013).  Y pese a que la trasgresión de la ley no respeta color, raza, edad o condición socioeconómica, son las mujeres humildes las que denuncian con mayor frecuencia ya que según la autora precitada:

[…] Las mujeres profesionales emprendedoras también son víctimas, pero no menos las que se atreven  a hablar…Esta situación refleja el infierno que muchas mujeres viven dentro de las cuatro paredes de su hogar, quede debería ser el seno de formación de valores y principios y que ahora figura como el epicentro de un sin número de maltratos intrafamiliar […](p. 1).

La sociedad está sumergida en una violencia cultural y protegida por un Estado patriarcal, en el cual tanto las instituciones como las acciones violentas contra la mujer son invisibilizadas y dejan huellas imborrables. 

Referencias: 

González, Y.  (2013). Maltrato a la mujer impera en la COL. En: La Verdad.com [Página web en línea] Disponible en: http://www.laverdad.com/zulia/27743-maltrato-a-la-mujer-impera-en-la-col.html [Consulta: Febrero 21, 2016]
Itriago, D. (2013). En peligro mujeres agredidas por falta de casas de abrigo. En: El Nacional. [Página web en línea] Disponible en: http://www.el-nacional.com/caracas/peligro-mujeres-agredidas-falta-abrigo_0_305969544.html [Consulta: 2016, Febrero 21]
Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer  a una Vida  Libre de Violencia (2007). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38668, Mayo 25, 2007.