Por Suzuky Margarita Gómez Castillo.
Contar
es un acto de comunicación efectiva que va acompañado de verdadero compromiso. No siempre se narra
escénicamente, pero se hace ineludible narrar, confrontarse con las palabras y
los gestos con el propósito de conformar una puesta en común y este fue el
resultado de un encuentro con las mujeres universitarias, donde las historias, los diálogos, las narraciones y
los testimonios se constituyeron en un
instrumento que viabilizó el
proceso de pedagógico e incentivo la empatía durante la sistematización de
la experiencia.
En este sentido Zerpa (2012)
indica:
La narración oral escénica…le ha dado vida y alma espacios de acción comunitaria, donde se
abordan situaciones vinculadas con serias problemáticas sociales como el incremento de la violencia, la
deserción escolar…entre otros fenómenos socioeconómicos y socioculturales…(p. 46).
Esta
experiencia proporcionó sentido a la necesidad de transformar la realidad y desarrollar valores sociales y culturales. Las
narradoras motivaron con su voz, su expresión corporal y con el respeto a los
sentimientos que se despertaron. Al momento de narrar surgieron
compromisos de confiabilidad y de
respeto ante las vivencias y características propias de los otros seres
humanos. Estas mujeres compartieron sus experiencias, conmovieron a los y las asistentes, les hicieron reír, les entristecieron y les hicieron sentir
impotentes, sin embargo, al romper el
círculo de miedo, estas participantes se empoderan a través de las palabras.
En este mismo orden de ideas, Zerpa (op.
cit.) dice:
La narración oral forma parte
de los seres humanos, aunque los seres humanos no estemos consciente de
ello. Todos y todas, alguna vez hemos contado algo que nos ocurrió, algo que
nos sorprendió y afectó nuestra vida. Algunas veces contamos las experiencias
que vivimos, pero también narramos lo que hacen otras personas, lo que hacen
personajes de la vida cotidiana y que llaman nuestra atención. Incluso a veces imitamos a esos personajes, nos
apropiamos de sus gestos, de sus dichos, de sus palabras, de sus movimientos.
La narración oral es ante todo una experiencia comunicativa, esencial al ser
humano (p. 38).
Estas
sesiones permitieron estar cerca a hombres y mujeres unidos a través de la narración, una experiencia
basada en la reconstrucción de la memoria colectiva que persiguió como meta
promover los derechos humanos de las mujeres, la convivencia, la equidad, la igualdad,
la justicia y la paz.
Referencias:
Zerpa, I. (2012). El jardín del unicornio. Caracas: Fondo
Editorial de Humanidades, Universidad Central de Venezuela.
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