Por Suzuky Margarita Gómez. Castillo
Resulta oportuno citar a Soto y Goig (2013) cuyo trabajo doctoral, presentado en la
Universidad Nacional de Educación a Distancia, tiene como objetivo general
“determinar la eficacia y la aplicabilidad de la Ley Orgánica sobre el derecho
de las mujeres en Venezuela a una vida libre de violencia” (p.22). El propósito
de la disertación consiste en cimentar las
bases que necesarias para proponer una reforma a la ya citada ley,
posterior a una consulta a la comunidad. Cabe
agregar que este trabajo persigue estudiar
las formas de amparo que posee el Estado venezolano a las mujeres, con
visión de hacer cumplir los derechos que
aún en el siglo 21 son vulnerados en la cultura patriarcal. Dentro de los
aportes que se toman de esta tesis se destaca la necesidad que existe para que
las asociaciones comunitarias y sociales se involucren y participen en las
acciones vinculadas al fortalecimiento de las instituciones y comunidades.
Con
referencia a lo anterior, el análisis de los instrumentos demostró que existe
desinformación en relación al contenido de esta ley, de los derechos que
protege, de las sanciones que contempla y de las instituciones a donde se debe
recurrir en caso de necesitar su aplicación. Adicionalmente, se requiere una
campaña informativa, mediante la cual se promueva la ley y sus beneficios. En
este propósito los investigadores sugieren se realicen nuevos estudios
vinculados con el estudio de la violencia de género como una estrategia que pueda
favorecer la identificación de las víctimas de este tipo de delito y su
repercusión en el grupo familiar y en el resto de la sociedad.
Aunado a lo ya expuesto, Machado y Guerra
(2009) en su trabajo “violencia en la
escuela” cuya investigación se basa en indagar la situación que se vive en los centros educativos de la parroquia Petare
(municipio Sucre del estado Miranda) y la parroquia Sucre (municipio
Libertador) consideradas las zonas
más violentas del área metropolitana de Caracas según informe que
citan estos investigadores, datos obtenidos
del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalistas (CICPC) y la
Fundación Luz y Vida. Entre los elementos más importantes tratados en esta
disertación se destaca la posesión de
armas de fuego, el tráfico de drogas, la
violencia sexual en las escuelas y las agresiones verbales y físicas que resultaron ser las más numerosas.
Con relación a este punto, es importante señalar sobre la base de la
investigación que
la
violencia sufrida específicamente en los centros educativos de Petare, está enmarcada en el irrespeto, la naturalización de las
agresiones, la ruptura o la inexistencia
de normas de convivencia entre las
parejas de la localidad que fueron entrevistadas, en este estudio persiste la
agresión física de parte del hombre a la mujer y la verbal entre los convivientes, también se perciben en la lectura de los
instrumentos, encuentros agresivos por parte de los padres a los
hijos y entre los hermanos, señala una de los informantes del informe
Machado y Guerra:
[…] mi
hermano a escondidas de mi mamá me pega, me tiene amenazada siempre porque él
me dice que por mi culpa él perdió su puesto, que él era muy querido y que
cuando yo nací le quité el cariño de mi mamá para él…yo sé que eso no es así
pero tampoco le puedo decir nada a mi mamá porque él me va a seguir pegando…
(p.87).
Es
de hacer notar que es una constante en
esta investigación que los estudiantes, declaran que son objeto de la
violencia en general y, en particular de la que proviene de sus pares, reconociendo que concurrir a un centro educativo no le exime para
escapar de la violencia con la que convive
a diario, sino que por el contrario, la institución es una extensión
de su cotidianidad, con el agregado y la
esperanza de que el centro educativo
puede ayudarle revertir ese sentimiento.
De esta investigación, rescatamos como modelo la entrevista en profundidad
aplicada a los estudiantes y los elementos técnicos utilizados para
su triangulación.
De esta manera, Martínez (2007), presenta un
artículo que forma parte de la investigación “Del remanso romántico a la
agitación de una violencia inesperada”, proyecto del CDCHT de la Universidad de
Los Andes (ULA), cuyo planteamiento metodológico se ampara
en un diseño cualitativo y exploratorio, apoyándose en el análisis
cuantitativo de indicadores de violencia como complemento a los resultados de
la investigación. Dentro de los
resultados que permitieron reflejar el contexto general y no lo individual.
Luego de concluir la investigación con
estudiantes de educación de la ULA se
detectó que la Violencia Contra la Mujer (VCM) está presente de forma constante. Dentro de
las entrevistas realizadas a las informantes y entre cuyos criterios de
selección estuvo el que conviviera en pareja, se interpretó que la VCM no es
ocasionada al azar, esta se produce de forma habitual o casual, no obstante,
sus secuelas están presentes en la salud de las mujeres y en su capacidad de
empoderarse.
La violencia más frecuente entre estas universitarias es la psicológica,
situación que en reconocimiento de las autoras Martínez y Lucia “…ocasiona una fuerte
contradicción entre lo personal de la estudiante y el perfil profesional de la
docente…” (p. 186). En este sentido, las
agresiones más frecuentes se enmarcan en la proliferación de conductas de
control, destaca entre estas la revisión
constante del celular, el control de las actividades que realiza la mujer y de
los contactos que esta pudiera tener, entre otras señales.
De igual manera, un
aporte importante que tomamos de este estudio es el ver como las afectadas
justifican las acciones de su pareja a
través de los celos, el estrés, precariedad económica y el abuso de sustancias
psicoactivas. Sin embargo, es oportuno aclarar que estas son causas propiciadoras de la violencia pero
en ningún momento son las que la ocasionan.
La investigadora sugiere como una medida para
erradicar la violencia la intervención de un aparato multidisciplinario integrado por
instituciones religiosas, educativas y
medios de comunicación donde se proponga una campaña sustentada en valores que
apunten a la tolerancia, la solidaridad y la equidad entre los géneros. Tomaremos de este trabajo la necesidad de concretar
propuestas que propicien intercambios
favorables entre ambos géneros que dinamicen la armonía entre las parejas y que
contribuyan a erradicar la violencia en todas
sus formas en pro de alcanzar la igualdad, la equidad y promover nuevas
perspectivas con relación a mejorar la calidad de vida de
las universitarias.
Referencias:
Machado, J., y Guerra,
J. (2009b). Investigación sobre Martínez,
L., y Lucia, W. (2007). Romper el
silencio de la vida cotidiana. En
revista: Otras Miradas, n° 1, vol.7, p. 169-188.
Martínez,
L., y Lucia, W. (2007). Romper el
silencio de la vida cotidiana. En
revista: Otras Miradas, n° 1, vol.7, p. 169-188.
Soto,
G. y Goig, J. (2013). El Estado como
garante de los derechos fundamentales de las mujeres en Venezuela bajo el marco
de la nueva Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Tesis doctoral no
publicada, Universidad Nacional a Distancia, Madrid.
1 comentario:
Esta información resulta interesante al considerar la parroquia Sucre y Petare. Seria interesante continuar los estudios en los status medio y alto de Caracas. O incluir estudiantes de la UCV; UPEL y UCAB, entre otros. SAludos desde Mérida y Felicitaciones por la página.
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