Por: Suzuky M. Gómez Castillo.
La anexión
de la
mujer en la planificación
de políticas ambientales es un proceso lento. A pesar de
que la comunidad
internacional a través de instituciones como la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización
para las Naciones Unidas (ONU) entre otras, se
han mostrado de acuerdo al indicar que sin la completa participación de la mujer no se puede alcanzar una plena
sustentabilidad.
La mujer tiene
entre sus propósitos la tarea de preservar el sistema
ambiental y esto debe ocurrir desde el impulso de la educación ambiental
para la sustentabilidad, entendiéndose este proceso según explicación de Monaldi
(2000) desde el promover “…simultáneamente el proceso educativo popular, la
seguridad ciudadana, el aseo público, el embellecimiento urbano… [Para
conformar] un proceso de desarrollo sostenible o sea retroalimentando
positivamente…” (p. s/n). Desde la perspectiva del crecimiento económico en el
cual la
tecnología, el aprovechamiento de
los recursos y la estructura
tanto social como política sostienen las necesidades actuales, sin
comprometer la capacidad de satisfacción de las
generaciones futuras.
Según se ha
visto, la mujer tiene un papel clave
promover la humanización tanto del desarrollo como del crecimiento sostenible,
ya que sobre la misma reposa el
compromiso de atender y satisfacer las
necesidades del grupo familiar y
por consiguiente, establece una fuerza
significativa en la determinación
del consumo. En este contexto, la mujer cumple un rol preponderante en el
diseño de estrategias de producción y consumo
sustentable y ecológicamente saludable así como racional, que conlleven a
mejorar la calidad de vida de sí
misma y por consiguiente de los integrantes de su entorno.
En este propósito, se estudian los compromisos aprobados por la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer
que se llevó cabo
en Beijing (1995), a través de la
Declaración y Plataforma de Acción el
primero está referido a la
necesidad de incorporar activamente a la
mujer en la toma de decisiones referentes al ambiente en
todos los niveles y de incluir la perspectiva de género
en las
estrategias, los programas y
planes emplazados hacia
desarrollo sustentable, como
parte del bloque de lineamientos que
proponían la inmediata incorporación
de medidas por parte de los
Estados, la comunidad
internacional y la sociedad civil.
Dentro de las
acciones propuestas se impulsaba la intervención activa de
la mujer en los planes de
ordenación del medio ambiente. Se propuso promover investigaciones sobre situaciones
ambientales que expresaran la
problemática del género sobre el impacto de los contaminantes
ambientales y otras
sustancias toxicas, incluidas
sus consecuencias en la salud sexual y reproductiva de hombres y
mujeres, la participación activa de la mujer en el diagnóstico, diseño y
aplicación de políticas, planes,
proyectos y modelos
sostenibles en el tiempo, orientados a fomentar y
proteger los aspectos ambientales
e integrales de la salud humana, asimismo se plantean indagaciones orientadas al estricto respeto de los
derechos humanos a
través del establecimiento de
normas de convivencia que contribuyan a erradicar actos violentos
contra la mujer, en la
búsqueda de optimizar y mejorar la calidad de
vida de las
comunidades.
Lo ya señalado dio cumplimiento a un primer avance como lo fue mandato de
la ONU a través de la Declaración de
Viena sobre la eliminación de la violencia contra la mujer (1993), en el cual se
definió la violencia como:
Artículo 1. […] se entiende todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas
de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si
se producen en la vida pública como en la vida privada.
Se concibió entonces a
la violencia como un elemento que lleva a la mujer a ocupar un lugar de
subordinación y de sometimiento en relación con el hombre. La ONU como medida
de acción nombro una veedora o relatora especial sobre la violencia contra la
mujer para que obtuviese material y así recomendar medidas para la erradicación
de este tipo violencia, sus causas y consecuencias. Esta acción dio pie para
que en 1999, la ONU declarara el 25 de noviembre como el Día internacional por
la eliminación de la violencia
contra la mujer.
Otro
esfuerzo considerable se reconoce en la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la mujer (CIPSEVM- 1994) también
conocida como Convención de Belem do Pará (1994), aquí se crea una herramienta
de carácter internacional que reconoce explícitamente la problemática de la
violencia contra las mujeres. Asume como plataforma la Declaración
Americana de los Deberes del Hombre y la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
Se cree que la
violencia contra las mujeres es una forma de escarnio a la dignidad de los
seres humanos y un reflejo de las formas patriarcales en las cuales se
desarrollan las relaciones de poder entre mujeres y hombres. Distinguidas por la violencia contra las mujeres y que es considerada en la Convención Europea
de Derechos Humanos (1950), protocolo 12, una “violación a los derechos humanos y las
libertades fundamentales.”
En síntesis, estas sinergias abrieron el compás para que la
comunidad internacional asumiera el
compromiso de respetar y promover los
objetivos vinculados con la igualdad entre los géneros, el desarrollo sustentable y
la paz para todas las
mujeres y dio un paso firme para que estos
temas entraran en las discusiones y agendas del
siglo XXI.
Sobre la
base de documentos más recientes observaremos como la
comunidad internacional
realiza esfuerzos por mejorar
la calidad de vida de
las mujeres y erradicar de
sus vidas toda forma de
violencia que le pudiese
privar de cumplir sus papeles
en la sociedad. Si retomamos la Cuarta Conferencia Mundial de las
Naciones Unidas de la Mujer
(Beijing, 1995), y la cotejamos con las actas de la Federación Internacional
de productores Agrícolas (FIPA), a la Fundación
Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM) más los compromisos de la Unión Mundial de Mujeres Rurales (UNMR) en contra posición con la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, identificada como Río + 20 (Río de Janeiro, 2012), podría observarse la ratificación y la creación de fechas mundiales, tal es el caso del Día
Internacional de la Mujer Rural (15 de
Octubre), el Día Internacional de la
Mujer (8 de Marzo) y el
Día Internacional del Ambiente (5
de Junio).
Hecha las
consideraciones anteriores, se puede considerar que dos importantes movimientos sociales se
mantienen vinculados en este milenio, ellos son el movimiento ambientalista y el movimiento
femenino, ambos en conexión directa con el
paradigma educar para la sustentabilidad,
lo que
representa incorporar temas elementales del Desarrollo Sustentable y de la educación ambiental a
los programas de
enseñanza y aprendizaje, significa entonces, según la UNESCO
(2014) que:
La educación es esencial para el
Desarrollo Sostenible. Los ciudadanos del mundo tienen que encontrar su camino
hacia la sostenibilidad. Nuestra base de conocimientos actual no contiene las
soluciones a los problemas ambientales, sociales y económicos contemporáneos.
La educación de hoy en día es crucial para que los líderes y ciudadanos del
mañana desarrollen la habilidad de encontrar soluciones y crear nuevos senderos
hacia un futuro mejor (p. 1).
Ante la situación
planteada, se propone reducir la brecha tecnológica entre los
países desarrollados y en desarrollo y con
ello disminuir la
dependencia tecnológica, también
se debe considerar la optimización de
la calidad de
vida de los pueblos
indígenas y de sus comunidades así como el
de otros colectivos locales y
tradicionales, apoyando su identidad cultural e intereses, y con ello evitar
poner en riesgo su patrimonio
cultural y sus conocimientos
ancestrales.
Se intenta encubrir de esta
misma forma las desigualdades de
género de esta sociedad, aunque contradictoriamente la ONU plantea que el
siglo XXI está enmarcado como el milenio
de la igualdad y la equidad con relación a los derechos de
género, donde deben prevalecer los
derechos humanos, la justicia y la
paz. En este mismo
orden, retomamos los resultados y
las recomendaciones de la Cumbre de Río (2012), donde se incita a
promover y aprovechar el
potencial de las mujeres y los hombres
en condiciones de igualdad y
que esto conlleve a la inclusión y protección social, se exhorta a formular actividades para
aminorar la pobreza y las
modalidades sostenibles de
consumo y producción.
Bajo esta perspectiva cabe puntualizar la Declaración
Final de la Cumbre de los Pueblos
(2012), donde se plantean los siguientes
ejes de lucha; tomar acciones contra la violencia a las mujeres, los grupos que integran la
diversidad sexual, igualmente que
se garantice el derecho de los
pueblos a la tierra,
al territorio urbano y rural, al
cambio de modelo energético y
que se reconozca la deuda histórica social y
ecológica.
Otro aporte significativo en virtud de suscitar
esfuerzos en pro por el respeto de la diversidad humana, la inclusión, la no
discriminación y la equidad estuvo revelado en la Cumbre del
Milenio de las Naciones Unidas (2000) y promulgado en la Declaración
del Milenio para las Naciones Unidas (2000-2015) (DMNU), en ella los jefes de Estado de los países que
integran la ONU acordaron reafirmar los compromisos asumidos en la Carta para
las Naciones Unidas entre los cuales se menciona:
[…] el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; el respeto de la igualdad de derechos de todos, sin distinciones por motivo de raza, sexo, idioma o religión, y la cooperación internacional para resolver los problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario”… (p. 1).
Precisando la DMNU en ella se establecieron 8
objetivos y/o propósitos de desarrollo humano, donde los 189 países miembros se
comprometieron a cumplir para el 2015. Estos objetivos con sus metas recogen
problemas de la vida cotidiana que son considerados graves. Entre ellos y en
concordancia con el tema-problema de esta investigación se puede señalar el
n°3 el cual dicta:” Promover la igualdad
de género y el empoderamiento de
la mujer” aquí se observa
cómo estas acciones colocan en la
palestra el alto grado de exclusión y marginalidad al cual son
sometidas las mujeres y
es partir de este enclave
que se comienzan a plantear
acciones más firmes dirigidas a alcanzar
esa intervención, este trabajo se
afilió en la propuesta DMNU a: “promover la igualdad entre los sexos y la
autonomía de la mujer como medios eficaces de combatir la pobreza, el hambre y
las enfermedades y de estimular un desarrollo verdaderamente sostenible.” (Ob. Cit., p. 5). Tal como se señala en esta declaración, se nota la imperiosa necesidad de hacer notable la labor de las mujeres, para
reconocer la complejidad
cultural y el respeto
a sus derechos humanos.
A partir del año 2015,
se estable la nueva agenda para el Desarrollo Sostenible de la ONU, la cual
incluye un conjunto de objetivos globales cuyo propósito está centrado en la
erradicación de la pobreza, proteger al planeta y proporcionar prosperidad a
sus habitantes. Cada uno de estos 17 objetivos posee un conjunto de metas las
cuales deben alcanzarse en un lapso de 15 años. Para efectos de la presente
investigación se destacan los objetivos 4 y 5. Cabe mencionar que el objetivo 4
hace referencia a “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad
y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”
(p.19), el cual será operativo desde a partir del cumplimiento de sus metas entre las cuales se destaca; el
acceso en igualdad condiciones de hombres y mujeres a todos los niveles y modalidades de la
educación con calidad, la eliminación de las desigualdades de género, la
promoción del desarrollo sostenible, la adopción de estilos de vida sostenibles,
la promoción de una cultura de paz y la no violencia entre otros aspectos.
En relación al objetivo 5 “Lograr la igualdad
entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas” (p.20), se
espera eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas,
incluyendo la trata, la explotación sexual, la mutilación genital, el matrimonio infantil, precoz y forzado. Asimismo
se busca, el reconocimiento del cuidado y de las actividades domésticas no
remuneradas. En este marco de ideas concretaran acciones pertinentes a empoderar
a las mujeres para que alcancen la equidad y la igualdad en todos los niveles.
Referencias:
Declaración
sobre la eliminación de la violencia contra la mujer Resolución de la Asamblea
General 48/104 del 20
de diciembre de 1993. [Documento en línea] Disponible en: http://www.unhchr.ch/huridocda/huridoca.nsf/(Symbol)/A.RES.48.104.
Sp?Opendocument [Consulta: 2014, Enero 10]
Convenio Europeo para la Protección
de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (Convención Europea de Derechos Humanos). (1950). [Documento en línea] Disponible en: http://www1.umn.edu/humanrts/euro/spanish/Sz17euroco.html [Consulta:
2015, Enero 11]
Declaración final de la cumbre de
los pueblos en la Río+20 (2012) [Documento en línea] Disponible en: http://rio20.net/propuestas/declaracion-final-de-la-cumbre-de-los-pueblos-en-la-rio20/
[Consulta: 2014, Enero 10]
Monaldi, F. (2000). Petróleo + Turismo = Desarrollo Sostenible. En: Petróleo YV. [Página Web en línea] Disponible en: http://www.petroleoyv.com/website/site/p_detalle. php?id=144&tipo=4 [Consulta: 2014, Julio 6]
Organización
de la Naciones Unidas. (2015). Objetivos
de Desarrollo Sostenible. [Página web en línea] Disponible en: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/09/la-asamblea-general-adopta-la-agenda-2030-para-el-desarrollo-sostenible/[Consulta:
2016, Febrero 19]
Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura. (2014). Educación para el
Desarrollo Sostenible (EDS). [Documento en línea] Disponible: http://www.unesco.org/new/es/our-priorities/sustainable-development/ [Consulta: 2014, Julio 6]
Organización para las
Naciones Unidas. Objetivos del Desarrollo Milenio,
Informe 2009. [Página Web en línea] Disponible en: http://www.cinu.org.mx/ODM3/ [Consulta: 2014, Diciembre 21]
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