lunes, 23 de enero de 2017

LA RESPONSABILIDAD DE LA MUJER EN LA PRESERVACIÓN DEL PLANETA. UNA MIRADA DESDE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA SUSTENTABILIDAD.

Por: Suzuky M. Gómez Castillo. 

La anexión de  la  mujer  en la  planificación  de políticas  ambientales es  un proceso lento. A pesar  de  que  la  comunidad  internacional  a través de  instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización para las Naciones Unidas (ONU) entre otras, se  han mostrado  de  acuerdo al indicar que  sin la completa participación de  la mujer no se puede alcanzar una plena sustentabilidad.

La  mujer tiene  entre  sus  propósitos la tarea  de preservar el  sistema  ambiental y esto debe ocurrir desde el impulso de la educación ambiental para la sustentabilidad, entendiéndose este proceso según explicación de Monaldi (2000) desde el promover “…simultáneamente el proceso educativo popular, la seguridad ciudadana, el aseo público, el embellecimiento urbano… [Para conformar] un proceso de desarrollo sostenible o sea retroalimentando positivamente…” (p. s/n). Desde la perspectiva del crecimiento económico en el cual  la  tecnología, el aprovechamiento de  los  recursos y la  estructura  tanto social como política sostienen las necesidades actuales,  sin  comprometer la  capacidad de  satisfacción  de  las generaciones futuras.

Según se ha visto, la mujer tiene un papel  clave promover la humanización tanto del desarrollo como del crecimiento sostenible, ya  que sobre la misma reposa el compromiso de atender y satisfacer las  necesidades del  grupo familiar y por  consiguiente, establece una  fuerza  significativa en la  determinación del  consumo. En este contexto, la  mujer cumple un rol preponderante en el diseño de estrategias de producción y consumo  sustentable y ecológicamente saludable así como racional, que  conlleven a  mejorar la  calidad de vida de sí misma y por  consiguiente de los  integrantes de su  entorno.

En este propósito, se estudian los compromisos aprobados por la Cuarta Conferencia Mundial sobre  la  Mujer  que  se llevó  cabo  en Beijing (1995), a través  de la Declaración y Plataforma de Acción el  primero está  referido a la  necesidad de incorporar activamente a la  mujer en la toma de decisiones referentes al  ambiente en  todos  los  niveles y de incluir la perspectiva de género en  las  estrategias, los  programas y planes  emplazados  hacia  desarrollo  sustentable, como parte del bloque de  lineamientos que proponían la  inmediata incorporación de  medidas por parte  de los  Estados, la  comunidad internacional y  la  sociedad civil.

Dentro  de  las  acciones  propuestas se  impulsaba la intervención  activa de  la  mujer en los  planes de  ordenación  del medio  ambiente. Se propuso  promover investigaciones sobre situaciones ambientales que  expresaran la problemática del  género sobre  el impacto de los  contaminantes  ambientales y otras  sustancias  toxicas,  incluidas  sus  consecuencias en la  salud sexual y reproductiva de hombres y mujeres, la  participación activa de  la mujer en el diagnóstico, diseño y aplicación de  políticas, planes, proyectos  y  modelos  sostenibles  en el  tiempo, orientados a  fomentar y  proteger los  aspectos ambientales e integrales de la  salud  humana, asimismo se  plantean indagaciones  orientadas al estricto respeto de  los  derechos  humanos  a  través del  establecimiento de normas de  convivencia que  contribuyan a erradicar actos  violentos  contra  la  mujer, en la  búsqueda  de  optimizar y mejorar la  calidad de  vida  de  las  comunidades.
Lo ya señalado dio cumplimiento a un primer avance como lo fue mandato de la  ONU a través de la Declaración de Viena sobre la eliminación de la violencia contra la mujer (1993), en el  cual se  definió la violencia como:

Artículo 1. […] se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.

Se concibió entonces a la violencia como un elemento que lleva a la mujer a ocupar un lugar de subordinación y de sometimiento en relación con el hombre. La ONU como medida de acción nombro una veedora o relatora especial sobre la violencia contra la mujer para que obtuviese material y así recomendar medidas para la erradicación de este tipo violencia, sus causas y consecuencias. Esta acción dio pie para que en 1999, la ONU declarara el 25 de noviembre como el Día internacional por la eliminación de la violencia contra la mujer.

Otro esfuerzo considerable se reconoce en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la mujer (CIPSEVM- 1994) también conocida como Convención de Belem do Pará (1994), aquí se crea una herramienta de carácter internacional que reconoce explícitamente la problemática de la violencia  contra las mujeres.  Asume como plataforma la Declaración Americana de los Deberes del Hombre y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Se cree que la violencia contra las mujeres es una forma de escarnio a la dignidad de los seres humanos y un reflejo de las formas patriarcales en las cuales se desarrollan las relaciones de poder entre mujeres y hombres. Distinguidas  por la violencia contra las mujeres  y que es considerada en la Convención Europea de Derechos Humanos (1950), protocolo 12,  una “violación a los derechos humanos y las libertades fundamentales.”

En síntesis, estas sinergias abrieron el compás para que  la  comunidad internacional asumiera el  compromiso  de respetar y  promover los  objetivos vinculados  con la  igualdad entre  los géneros, el desarrollo sustentable y la  paz para  todas las  mujeres y dio un paso  firme para  que estos  temas  entraran en las  discusiones y agendas  del  siglo  XXI.

Sobre  la base de  documentos  más recientes observaremos como  la  comunidad  internacional realiza  esfuerzos por  mejorar  la  calidad de  vida de  las  mujeres y  erradicar de  sus vidas toda  forma  de  violencia que  le  pudiese  privar de cumplir  sus  papeles  en la  sociedad. Si retomamos  la  Cuarta Conferencia Mundial de  las  Naciones Unidas de  la Mujer (Beijing, 1995), y la cotejamos con las actas de la Federación Internacional de  productores Agrícolas (FIPA), a la Fundación Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM) más los compromisos de la  Unión Mundial de Mujeres  Rurales (UNMR) en contra posición con la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, identificada  como Río + 20 (Río de Janeiro, 2012), podría observarse la  ratificación y la creación de  fechas mundiales, tal es el  caso del Día  Internacional de la  Mujer  Rural (15 de  Octubre), el Día Internacional de la  Mujer (8 de  Marzo) y  el  Día  Internacional del Ambiente (5 de  Junio).

Hecha las consideraciones anteriores, se puede considerar que dos  importantes movimientos sociales se mantienen  vinculados en este  milenio, ellos  son el movimiento  ambientalista y el  movimiento  femenino, ambos  en  conexión directa  con el  paradigma educar para  la sustentabilidad, lo  que  representa incorporar temas elementales del Desarrollo  Sustentable y de la educación ambiental a los  programas  de  enseñanza  y  aprendizaje, significa entonces, según la UNESCO (2014) que:

La educación es esencial para el Desarrollo Sostenible. Los ciudadanos del mundo tienen que encontrar su camino hacia la sostenibilidad. Nuestra base de conocimientos actual no contiene las soluciones a los problemas ambientales, sociales y económicos contemporáneos. La educación de hoy en día es crucial para que los líderes y ciudadanos del mañana desarrollen la habilidad de encontrar soluciones y crear nuevos senderos hacia un futuro mejor (p. 1).

Ante la situación planteada, se propone reducir  la  brecha tecnológica entre  los  países  desarrollados y  en desarrollo y  con  ello  disminuir  la  dependencia  tecnológica, también se debe considerar la  optimización de la  calidad  de  vida  de los  pueblos  indígenas y  de sus  comunidades así  como el  de otros colectivos locales  y tradicionales, apoyando  su  identidad cultural e intereses, y con  ello evitar  poner en  riesgo  su patrimonio  cultural y  sus  conocimientos  ancestrales.

Se  intenta encubrir de  esta  misma forma las desigualdades de  género de esta sociedad, aunque contradictoriamente la ONU plantea  que  el siglo XXI  está  enmarcado como el  milenio  de la  igualdad  y la equidad con relación a los derechos de género, donde deben prevalecer los  derechos  humanos, la  justicia y la  paz. En  este  mismo  orden, retomamos los  resultados y las  recomendaciones de la  Cumbre de Río (2012), donde se incita a promover y  aprovechar  el  potencial  de las mujeres y los  hombres  en condiciones  de  igualdad y  que esto conlleve a la inclusión y protección social,  se exhorta a formular actividades para aminorar la  pobreza y  las  modalidades sostenibles de  consumo y producción.

Bajo  esta perspectiva cabe puntualizar la  Declaración  Final  de la Cumbre de  los  Pueblos (2012), donde se plantean  los  siguientes  ejes  de lucha; tomar  acciones contra la  violencia a las  mujeres, los grupos que  integran la  diversidad  sexual, igualmente que se garantice el  derecho de  los  pueblos  a la  tierra,  al territorio  urbano y  rural, al  cambio  de modelo  energético y  que  se  reconozca la deuda histórica  social y  ecológica.

Otro aporte significativo en virtud de suscitar esfuerzos en pro por el respeto de la diversidad humana, la inclusión, la no discriminación y la equidad estuvo revelado en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas (2000) y promulgado en la  Declaración  del Milenio para las Naciones Unidas (2000-2015) (DMNU),  en ella los jefes de Estado de los países que integran la ONU acordaron reafirmar los compromisos asumidos en la Carta para las Naciones Unidas entre los cuales se menciona:

[…] el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; el respeto de la igualdad de derechos de todos, sin distinciones por motivo de raza, sexo, idioma o religión, y la cooperación internacional para resolver los problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario”… (p. 1).

 

Precisando la DMNU en ella se establecieron 8 objetivos y/o propósitos de desarrollo humano, donde los 189 países miembros se comprometieron a cumplir para el 2015. Estos objetivos con sus metas recogen problemas de la vida cotidiana que son considerados graves. Entre ellos y en concordancia con el tema-problema de esta investigación se puede señalar el n°3  el cual dicta:” Promover la igualdad de  género  y  el  empoderamiento  de  la  mujer” aquí se observa cómo  estas  acciones colocan  en la  palestra  el  alto grado de exclusión y  marginalidad al  cual son  sometidas  las  mujeres y  es partir  de  este  enclave que se  comienzan  a plantear  acciones  más  firmes dirigidas a  alcanzar  esa  intervención, este trabajo se afilió en la propuesta DMNU a: “promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer como medios eficaces de combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades y de estimular un desarrollo verdaderamente sostenible.”  (Ob. Cit., p. 5). Tal como se señala en esta declaración, se nota  la imperiosa necesidad  de hacer notable la labor de las  mujeres, para  reconocer  la  complejidad  cultural y  el  respeto  a  sus derechos humanos.

A partir del año 2015, se estable la nueva agenda para el Desarrollo Sostenible de la ONU, la cual incluye un conjunto de objetivos globales cuyo propósito está centrado en la erradicación de la pobreza, proteger al planeta y proporcionar prosperidad a sus habitantes. Cada uno de estos 17 objetivos posee un conjunto de metas las cuales deben alcanzarse en un lapso de 15 años. Para efectos de la presente investigación se destacan los objetivos 4 y 5. Cabe mencionar que el objetivo 4 hace referencia a “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” (p.19), el cual será operativo desde a partir del cumplimiento  de sus metas entre las cuales se destaca; el acceso en igualdad condiciones de hombres y mujeres  a todos los niveles y modalidades de la educación con calidad, la eliminación de las desigualdades de género, la promoción del desarrollo sostenible, la adopción de estilos de vida sostenibles, la promoción de una cultura de paz y la no violencia entre otros aspectos.

En  relación al objetivo 5 “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas” (p.20), se espera eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, incluyendo la trata, la explotación sexual, la mutilación genital,  el matrimonio infantil, precoz y forzado. Asimismo se busca, el reconocimiento del cuidado y de las actividades domésticas no remuneradas. En este marco de ideas concretaran acciones pertinentes a empoderar a las mujeres para que alcancen la equidad y la igualdad  en todos los niveles.

Referencias:
Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer Resolución de la Asamblea General 48/104 del 20 de diciembre de 1993. [Documento  en línea] Disponible en: http://www.unhchr.ch/huridocda/huridoca.nsf/(Symbol)/A.RES.48.104. Sp?Opendocument [Consulta: 2014, Enero 10]
Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (Convención Europea de Derechos Humanos). (1950).  [Documento en línea] Disponible en: http://www1.umn.edu/humanrts/euro/spanish/Sz17euroco.html [Consulta: 2015, Enero 11]
Declaración final de la cumbre de los pueblos en la Río+20 (2012) [Documento en línea] Disponible en: http://rio20.net/propuestas/declaracion-final-de-la-cumbre-de-los-pueblos-en-la-rio20/  [Consulta: 2014, Enero 10]
Monaldi, F. (2000). Petróleo + Turismo = Desarrollo Sostenible. En: Petróleo YV. [Página  Web en línea] Disponible en: http://www.petroleoyv.com/website/site/p_detalle. php?id=144&tipo=4  [Consulta: 2014,  Julio 6]
Organización de la Naciones Unidas. (2015). Objetivos de Desarrollo Sostenible. [Página web en línea] Disponible en: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/09/la-asamblea-general-adopta-la-agenda-2030-para-el-desarrollo-sostenible/[Consulta: 2016, Febrero 19]
Organización de las  Naciones  Unidas para la  Educación, la  Ciencia  y la  Cultura. (2014). Educación para  el  Desarrollo  Sostenible (EDS). [Documento en línea] Disponible: http://www.unesco.org/new/es/our-priorities/sustainable-development/ [Consulta: 2014, Julio 6]
Organización  para  las  Naciones  Unidas. Objetivos  del Desarrollo Milenio, Informe 2009. [Página  Web en línea] Disponible en: http://www.cinu.org.mx/ODM3/ [Consulta: 2014, Diciembre 21]

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