jueves, 19 de enero de 2017

LA NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y SU RELACIÓN CON LA EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA SUSTENTABILIDAD

Por: Suzuky Margarita Gómez Castillo. 

Existe una estrecha relación entre la problemática ambiental y lo vinculado a lo económico y a lo social.  No obstante,  tampoco se pueden establecer diferencias entre las condiciones humanas y las condiciones ambientales derivadas del desarrollo, ya que estas se encuentran unidas en el marco de acciones y relaciones sociales que transgreden el ambiente como sistema natural, un ejemplo de esto lo evidenciamos al estudiar los efectos del cambio climático sobre una determinada población y si lo observamos con perspectiva de género podríamos establecer sus  efectos tanto en hombres  como en mujeres.
De este modo, también existe una teoría que plantea que la población mundial  afronta desde fines del siglo pasado un agotamiento en el modelo de desarrollo distinguido por sus nefastos efectos en los diferentes sistemas así como su carencia de equidad. En este orden, el Instituto Nacional de las Mujeres (2016) contempla:

Las desigualdades sociales, y en particular las producidas por las asimetrías de género, ya no se consideran simples secuelas o fallas de las políticas de desarrollo que sólo requieren atención secundaria, sino parte de las causas estructurales de la pobreza y del reparto inequitativo de la riqueza, además de un obstáculo para la construcción de esquemas de producción y consumo tendientes a lograr una vida digna y sustentable para las mujeres y los hombres de nuestro país. (p. 3).

Como resultado, se hace necesario migrar hacia un nuevo modelo de desarrollo más justo, y por consiguiente hacia nuevos constructos  soportados en la sustentabilidad, la equidad y la igualdad. El concepto de sustentabilidad ha evolucionado desde su concepción primaria en el contexto biológico-físico hasta el presente que incluye el ineludible equilibrio entre los aspectos ambientales, económicos, políticos, sociales y culturales, que dé respuesta a un enfoque sistémico y multidimensional del desarrollo, en el cual la protección intergeneracional, la igualdad, la equidad y las medidas sostenibles a largo plazo se destaquen como elementos imprescindibles.
En este artículo se analizan los cambios ocurridos en este constructo y los principios en torno al mismo, así como las diferencias que emergen de parte de los diferentes actores y grupos sociales, principalmente en lo concerniente a las acciones y decisiones indispensables para alcanzar el desarrollo sustentable. En este sentido, es importante conocer los mecanismos de participación que se adjudica a los diferentes grupos y sectores de mujeres en relación con el desarrollo ya que esto brinda preeminencia a la triada relación de género, ambiente y sustentabilidad. En este tenor,  vea el  siguiente gráfico .

Como se puede observar en el gráfico, en el transcurso del proceso de costrucción dela indagación, las mujeres son identificadas como un poder que históricamente ha contribuido a conducir de una manera más proporcionada acciones favorables para el ambiente, pero que a su vez demandan una mejora en su calidad de vida, la prevención de acciones violentas en su contra y nuevas medidas que  inviten a optimizar la equidad social. Esto se corrobora en los múltiples escritos, declaraciones y planes de acción resultado de los encuentros internacionales  ocurridos en años recientes. En relación a lo ya planteado, revisamos la Declaración de Ahmedabad producto de la Cuarta Conferencia Internacional de Educación Ambiental (2007):

La producción y consumo humanos cada vez mayores están rápidamente socavando los sistemas de soporte de vida de la tierra y el potencial para que toda prospere. Las suposiciones de lo que acerca de lo que constituye una calidad de vida aceptable para algunos, la mayoría de las veces significa privación para otros. La brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La crisis climática, la pérdida de biodiversidad, el incremento en los riesgos para la salud y la pobreza son indicadores de modelos de desarrollo y estilos de vida insostenibles. Existen modelos y visiones para un futuro sostenible y se necesita acción urgente para convertirlos en realidad. Los derechos humanos, la equidad de género, la justicia social y un medio ambiente saludable deben convertirse en imperativos globales. La Educación para el Desarrollo Sostenible es esencial para que esta transformación ocurra. (p. 1)

A pesar de que  la vinculación mujeres, relaciones de género y ambiente se ha constituido en una trama interesante y de análisis emergente, es factible identificar las diferentes líneas teóricas de este contexto. Esto apertura la posibilidad de crear estrategias y promover políticas públicas (sustentables), así como también se pueden generar materiales que inviten a resarcir y evitar el daño ambiental y, asimismo, se estimule una mayor equidad  entre los diversos integrantes de la sociedad, debe exhortarse a una mayor comprensión en la relación entre hombres y mujeres y su  relación con el ambiente, sobre  el sistema de género, las transformaciones ambientales y su impacto, en el contexto de las realidades institucionales, locales o regionales. 

Referencias:

Instituto Nacional de las Mujeres. (2016). Relación entre el género y el medio ambiente. [Página en línea] Disponible en http://www.gob.mx/inmujeres/acciones-y-programas/mujer-y-medio-ambiente [Consulta: Julio 1, 2016]
Cuarta Conferencia Internacional en Educación Ambiental. Declaración de Ahmedabad 2007: Una  llamada a la Acción. [Documento en línea] Disponible en: http://portal.unesco.org/geography/es/ev.php-URL_ID=9451&URL_DO=DO_TOPIC &URL_SECTION=201.html [Consulta: 2015, Febrero 11].

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