Por Suzuky Margarita Gómez.
La educación ambiental para la sustentabilidad
(EAS), tienen sus cimientos en un proyecto comprometido con la mejora de la
calidad de vida de todos los seres humanos.
Su intención primordial es
alcanzar que tanto los individuos como las colectividades entiendan la
complicada naturaleza del ambiente (cuyo resultado es la combinación
interactiva de sus factores: físicos,
biológicos, sociales, culturales, económicos entre otros) y obtengan la
sabiduría, la información, los valores y las prácticas necesarias para
participar de manera comprometida y eficaz en la
prevención y solución de las diversas problemáticas ambientales y en la gestión de la calidad del ambiente.
Según Franco, Eastmond, y Vigía de Alba (2010), la EAS es una:
[…] disciplina integradora, holística, interdisciplinaria, articuladora
del conocimiento, la información y los saberes, nos permite la oportunidad de
entender esta crisis que, a decir de los expertos, ni los individuos ni las
instituciones estamos preparados para enfrentar […] (p. 444).
La Educación Ambiental para la Sustentabilidad, es un instrumento para reivindicar la educación y
evolucionarla en una práctica social
crítica que se sustente en enseñar para la época y transformar primero al
individuo y luego al mundo. La EAS resulta
importante como vía para comprender las interrelaciones entre los
sistemas naturales y sociales, así como para obtener un conocimiento más claro
de la relevancia de los factores socioculturales en el origen de la
problemática socioambiental.
En este tenor, debe promoverse
la adquisición de la conciencia, los valores y las conductas que propicien la
participación positiva de la población en los procesos de toma de decisiones. La
EAS, entendida bajo esta visión se
convierte en un factor estratégico que incide en los modelos de desarrollo
implantados en la sociedad para redirigirlo
hacia la sustentabilidad y la
equidad. En este sentido, ver el gráfico 1.
Gráfico 1. Educación ambiental para la sustentabilidad.
Esto lleva a considerar que la Educación Ambiental para la Sustentabilidad, más que cifrarse en aspecto concreto de la
dinámica educativa, se ha convertido en una plataforma ideal para proponer un
nuevo estilo de vida. Desde una práctica pedagógica abierta para la vida social
que conlleve a la praxis recurrente donde se aborde consensuadamente problemas
como el desequilibrio existente entre
las normas de convivencia social que se han asumido en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador- Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez y el
avance de la reiterada violencia contra las mujeres, que persiste en nuestro
contexto institucional. Es imprescindible, valerse de las herramientas de
investigación acción que nos brinda Educación
Ambiental para la Sustentabilidad para motivar a los miembros de la comunidad a
participar, con el firme propósito de mejorar las relaciones entre seres
humanos y el ambiente.
En concordancia a lo ya expuesto,
se sostiene que la definición de no violencia, lleva tácito la definición de
paz, consenso, equilibrio y armonía se dice que la humanidad vive una crisis de
valores en donde lo primordial es el eje económico, en la cual la divergencia
es uno de los aspectos que más se
exteriorizan; la desigual distribución de los recursos desmejora la realidad de
los sectores más pobres. La educación para la convivencia social y la no
violencia puede comenzar enfatizando la importancia de batallar, es decir,
precisa Córdoba (1996):
…por la
igualdad, la justicia social, la democracia y el género en el contexto del
desarrollo sustentable. Es necesario superar la condición en la cual vive la
mujer, cumpliendo en muchas ocasiones con una triple jornada; a la mujer debe
de valorarsele su verdadero aporte a la economía y a la sociedad... (p. 123).
Esto es un como subir un escalón
para sobresalir a la violencia social, familiar, política y económica; es
necesario dejar de lado los intereses individualistas y asumir un programa comunitario y consensuado que erradique las diferentes
formas de violencia presente en nuestra sociedad.
Referencias:
Córdoba, C. (1996). Educación para la no violencia:
hacia un desarrollo sostenible, sustentable, sostenido con perspectiva de
género. En: Ciencias Sociales, n°71, p.123-133.
Franco,
V., Eastmond, A. y Vigía de Alba., M. (2010). Educación y cultura ambiental.
Educación ambiental para la sustentabilidad. En: Biodiversidad y Desarrollo Humano en Yucatán, 444-448 pp.
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