Por Suzuky Margarita Gómez Castillo.
El coach tiene como función primordial acompañar y facilitar el camino de aprendizaje y transformaciones que viabilizan al sujeto para completar las acciones pertinentes en su propósito de lograr los objetivos y metas que este se ha propuesto y que por diversas razones no ha podido alcanzar. El papel del coach no es descalificar, ni proporcionar soluciones y menos apuntar direcciones desde su modo personal de actuar. La tarea del coach es ser un compañero de camino que brinda un conjunto de herramientas que le permite al consultante revisar, valorar y reinterpretar la situación que manifiesta como problemática.
Dentro del conjunto de herramientas que debe manejar el coach, sin lugar a dudas es primordial el manejo de la dinámica de la pregunta ya que estas promueven las reflexión, la recapacitación desde la autocrítica y el cuestionamiento sobre el conjunto de creencias que se han acumulado lo largo de nuestras vidas. En este sentido, podemos observar que el trabajo del coach se sostiene en la interrogación, cuya misión es lograr que cada consultante logre su propio autoconocimiento para que pueda avivar sus potencialidades y motorizarse al alcance de sus objetivos.
En este tenor, el coaching se asemeja al concepto de mayéutica propuesto por Sócrates, quien enfatizaba “No puedo enseñarle nada a nadie, sólo puedo hacerlos pensar” razón por la cual el utilizaba como técnica fundamental en sus estrategias de enseñanza la mecánica de la pregunta generadora propiciando que sus interlocutores hallaran sus propias respuestas y con ello la solución a los problemas que habían esbozado. Esta metodología de la investigación lleva implícito el acompañamiento, el estímulo a buscar nuevas soluciones ante los problemas que pudieran surgir, persigue el aprender a reflexionar sobre los diferentes puntos de vista , y es esto a mi manera de ver es lo que hace tan coincidente al coachign y la mayéutica.
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