domingo, 27 de junio de 2010

TÁRIBA, 1999.


UNA MIRADA PERIFÉRICA A SU COTIDIANIDAD.
Por: Suzuky Gómez Castillo.

“…atento a que los dichos caníbales habían sido requeridos muchas veces que fuesen cristianos, i se convirtiesen i estuviesen incorporados a la comunidad de los fieles, i debaxo de su obediencia, i tratasen bien a los sus vecinos de las otras islas, i no solo no lo habían querido hacer, sino antes defendían para no ser doctrinados en las cosas de la Fe, i continuaban en hacer guerra a sus súbditos, estando endurecidos en mal propósito, idolatrando y comiendo carne humana: Acordaron de dar licencia a cualesquiera personas, que con su mandato fuesen a las islas i Tierra Firme, para que porfiando los dichos caníbales en resistirles, pudiesen cautivar y llevar a cualquier parte y venderlos y aprovecharse de ellos sin incurrir en alguna…”

Isaac J. Pardo, en: Esta Tierra de Gracia,
un documento emitido por lo Reyes Católicos.

Figuras de siluetas humanas, huesos largos y cortos, parecen de extremidades, miro al fondo y encuentro una pelvis, allá en la esquina parece asomarse una cabeza, quizás un cráneo aunque no se distingue bien, no existe la simetría todo parece colocado al azar, la composición tiene un olor fétido, ropa sucia, ropa de muchos hombres, algunas tienen tierra y otras parecen lavadas están colgadas en ganchos.

En otro lugar encuentro un rostro, no se si es de un terrestre o de un etéreo, sus ojos brillan, por la expresión de su rostro parece desconcertado, no entiende y yo no entiendo. Es Táriba del estado Táchira, es el año de 1999, donde ni la modernidad, ni la contemporaneidad lograron superaron al tiempo largo o secular, miro de nuevo y allí esta la imagen dantesca, la lanza, la cueva bajo el puente, el río Torbes, un rancho se divisa a lo lejos, también se ve un automóvil que se desplaza quizás rápidamente, esto es una escena pero no de una obra de arte, es una fotografía de Dorangel Vargas Gómez, el último caníbal de la Venezuela del siglo XX.

Dorangel descendiente de los aborígenes timotes, representó a uno de los personajes que ocupan nuestra cotidianidad, parecía ser un desafortunado indigente, de esos que se incrustan en el paisaje urbano de nuestras ciudades, un sin hogar, tal vez por ser desechable, ese que compartía nuestras calles asfaltadas, uno mas a quien ignorar o temer, uno que pretendía decir incoherencias, de esos que vemos comprar con recelo.
“Pues bien, pasando por donde él habitaba [Dorangel Vargas], me doy cuenta que el sitio parece un botadero de basura o de escombros. ¡Cuánta suciedad! Realmente no sé a quién le compete…”

Era Dorangel asiduo visitante de la obra Gustave Eiffel, pero no de la torre de Paris, sino del puente “Libertador”, muchos creían que se estaba volviendo invisible, hasta el día que la vida lo materializo y logro la protagonización de aquel retrato inverosímil, ya que sus prácticas gastronómicas resultaron caníbalescas, y todo esto ocurría en la urbe que ha luchado tanto por la modernización y la cual se ha encargado de rodearse de prodigiosos centros universitarios y asistenciales.

El viernes 12 de febrero de 1999 tres jóvenes encontraron en las inmediaciones del puente colgante “Libertador”, escondidos entre escombros, varios pies y manos humanos. Inmediatamente dieron aviso de su macabro descubrimento al teléfono de Emergencia 171, de la Defensa Civil Táchira, quien destacó de inmediato elementos para tomar conocimiento del caso. El puente “Libertador”, diseñado por el ingeniero francés Gustave Eiffel (1832-1923), se encuentra ubicado en las márgenes del río Torbes, entre las localidades de San Cristobal y Táriba, Estado Táchira, a unos 750 kilómetros de Caracas, Venezuela .

Vivía en la ciudad un caníbal urbano, que nunca vistió de guayuco, el utilizaba jean y algodón, barbado, acento andino, pausado y desconfiado, delgado, poco agresivo pero jamás abandonaba su instrumento de defensa y que luego supimos que era su arma de cacería, una lanza, labrada en aluminio por el mismo y que le servia para obtener presas comestibles, hombres, si solo hombres como confiesa el mismo, ya que la carne de las mujeres profanadas por las cremas y los perfumes, transformado su sabor al de las flores, lo que nos indica también que algún momento su paladar fue afectado por el desagradable sabor.

Casas coloniales, edificios, espigones, concreto armado, vehículos de motor, estadio de fútbol, Internet, celulares. Dorangel el último caníbal no ha podido entender que su práctica fue controlada hace trescientos años durante la conquista a los caribes, que sus pares gastronómicos en el siglo XX los (Korowai) solo son libres en Papua Nueva Guinea y que fueron encontrados en los años setenta . Es muy diferente Dorangel a los niños-soldados del Congo Belga, ya que el no necesitan estar en guerra para comerse al otro, el necesita solo su instinto de caza y un poco de hambre .

El último caníbal venezolano esta resguardado en la cárcel de La Grita, espacio de concreto armado que comparte con muchos hombres sin libertad, unos transgresores, otros inocentes, algunos arrepentidos otros incorregibles, sin embargo todos tienen un sentimiento común, el miedo al caníbal, algunos protestan ante la presencia de la celebridad, que es entrevistada por las divas de los noticieros, constantemente apareció en los medios de información, su imagen cruzo fronteras desde la TV por cable, a muchos sitios llego, no obstante el éxito del hombre mas celebrado del Táchira, no logra convencer a sus compañeros para que lo acepten, ellos protestan y alegan que el podría comérselos a todos. Dorangel no tiene tanto apetito, aunque si confeso que le gustaba guardar alimento para los días difíciles y para poder invitar a los amigos.

Concluyendo me pregunto ¿Qué tienen en común Tomas Harris (autor de Aníbal Lester), Daniel Defoe (creador de Robinsón Crusoe) con nuestro protagonista?, la respuesta es nada por que estos personajes han sido creados desde la imaginación de un autor para la narrativa, mientras que Dorangel es el producto de muchos factores y se encuentra vivo como el último caníbal del siglo XX venezolano.

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