domingo, 27 de junio de 2010

Historia y Raices locales


“El lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. La idea ha de encajar exactamente en la frase, tan exactamente que no pueda quitarse nada de la frase sin quitar eso mismo de la idea” .
“La Otra Vertiente”
José Martí


Profesora: Suzuky Margarita Gómez C.

Las ciudades, las parroquias, los barrios es decir las comunidades en general son localidades y no pueden convertirse al momento de su estudio en casos aislados o diferentes, siempre serán parte de una región histórica, de una nación y de un país y por ende serán gota de sangre en la reconstrucción de un cuerpo que llamaremos historia. Se quiere explicar con este ejemplo, que el estudio histórico de estos pequeños dominios, no debe llevarnos a pensar que nuestra localidad es única y que ha sido apartada por efectos mágicos de la Historia Universal, ya que hasta el lugar mas apartado, llegan los efectos de los procesos sociales, económicos, culturales y políticos. No debemos engañarnos, ya que en las pesquisas encontraremos una prueba de esta situación, huellas dejadas que nos permitirá encontrar su resplandor. La Historia local debe verse entonces como un arma de un solo filo, la cual nos permitirá defender y unificar esta patria que ha sido victima de intereses foráneos, cuya misión es el fraccionamiento de nuestro territorio y con ello de nuestra memoria colectiva. Conceptualizamos la historia local según Medina Rubio como:

… aquella que nos remite al pasado de las localidades, sean parroquias, barrios o urbanizaciones, ofreciéndonos un panorama de las motivaciones, individuales y colectivas, de un gran valor para el conocimiento, cultivo y uso de la población en general. Un rasgo característico de este tipo de historia es que se sirve de fuentes de tipo oral y, particularmente, provenientes de las comunidades, lo cual le confiere un contenido afectivo de gran valor por ser, precisamente, la experiencia subjetiva de sus habitantes…

Lo antes planteado, nos lleva a expresar que el estudio de una localidad es tan serio como la investigación de una región y nuestro propósito debe girar en realizar aportes que contribuyan a la reconstrucción de una historia mayor con criterios de totalidad, no obstante su principal diferencia radica en la escala del área de estudio donde desarrollaremos el trabajo ya que para una localidad la misma es menor y esta estará delimitada como toda disertación de la ciencia histórica, es decir será representada imaginariamente en un “plano de Cartesiano”, donde la ordenada representara al espacio o (área de estudio), mientras que la abscisas adoptaran al tiempo (hitos de la investigación), tendremos también un punto de encuentro o pares comunes lo que nos indica que allí localizaremos un tema- problema en un tiempo y espacio determinado, disertación apoyada en los estudios de René Descartes (1596-1650) .


La historia local como la medicina personalizada, no tiene una formula exacta al momento de realizar el ejercicio de reconstrucción, cada localidad tiene sus propios matices, su propia memoria, sus propios recuerdos, sin embargo si contamos para su diagnostico con el mismo laboratorio clínico, en nuestro caso representado por un aparato teórico-metodológico, compuesto por técnicas y procedimientos propios de las ciencias sociales, el cual debe respetar las particularidades de cada caso, a manera de ejemplo consideramos el siguiente caso; la historia que pensamos necesaria debe servir para tratar al país en su conjunto y alejarlo de los males que desean atacarlo para destruir su medula espinal, es decir su gente, así pues la historia local esta diseñada como una muestra de laboratorio, solo debo necesitar un poco y aplicando las técnicas y procedimientos correctos luego de la extracción debo obtener un resultado que me permita detectar el mal o el bienestar de este conjunto macro que llamaremos patria. Con esto queremos decir, que no por el hecho de que tomemos como área de estudio a una localidad con sus especificaciones esta deberá apartarse de la seriedad que requiere el análisis de nuestra realidad nacional en un tiempo y un espacio determinado. Con relación a la metodología se plantea lo siguiente:

Sin embargo, al hablar de metodología en la construcción de la Historia Local privilegiamos el carácter histórico, contextual, cambiante y constructivo de la realidad social, sirviéndonos de una serie de herramientas metodológicas que han de ser vistas, más que como pasos firmes e irremplazables, como guías o lineamientos de investigación sujetos a las condiciones del contexto y a los intereses y necesidades de los actores involucrados a lo largo del proceso… Es así que para el abordaje de la historia regional y local nos servimos de la metodología cualitativa, entendiendo por esta como un tipo de metodología interesada en captar el sentido y las significaciones que subyacen y estructuran lo que realizan las personas en su relación con el mundo social (Banister, Burman, Parker, Taylor & Tindall, 1994) y, particularmente, consideramos necesario la conjugación de tres perspectivas metodológicas cualitativas: la Investigación Histórica, la Investigación-Acción Participativa y la Investigación Etnográfica .

Al momento de desarrollar la investigación el científico social, se plantea un método, un plan de trabajo o esquema, verifica las fuentes, las clasifica, aplica la crítica interna y externa junto a otras técnicas, con la finalidad de obtener un recurso valiosos que le permita diagnosticar y establecer soluciones a las diferentes premisas propias de las comunidades y del país, así como conocer la memoria cercana y lejana de este espacio descubierto. Lo anteriormente planteado, nos invita a militar en esta dura tarea y todos debemos comprometernos, en la realizar de estudios serios donde la disciplina sea la garante del producto que obtendremos. Así que perseveremos en esta labor, confrontemos la historia burguesa, nuestra misión como investigadores sociales debe ser el reconstruir una historia en y para la patria que todos necesitamos y queremos.

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