martes, 21 de agosto de 2007

EN UN PEQUEÑO RINCON

Por: Paulo Santos
Universida Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Miranda "José Manuel Siso martínez"
TV Familia- Canal 69 -Caracas- Venezuela



Estando reunido los hombres y mujeres mas importantes del planeta, se le ocurrió a uno de ellos preguntar, ¿cual de los personajes y profesionales, de la tierra, tenían mayor relevancia e importancia, en el acontecer histórico, político social y económico del desarrollo de la humanidad. Saltase pues, de un rincón del salón, un hombre con un aspecto altivo, de mirada vivás y que con paso rápido y seguro, se puso en el medio de los presentes, y llevándose la mano a la frente alegó ¡quien más que un Ingeniero para ocupar dicho puesto!, pues somos nosotros quienes transformamos; el frió en calor y viceversa, remodelamos el relieve, edificamos estructuras, hacemos de lo inhabitable, lo más bello, para que el hombre viva seguro y protegido con los suyos. Es verdad amigo Ingeniero, replicó otro ciudadano, pero déjeme decirle, que sin las leyes y nuestra protección jurídica su profesión se vería sometida a dificultades y problemas, que solo nosotros los abogados, y nuestra gran sabiduría, estamos en capacidad de resolver. En eso se levanta de su asiento una hermosa dama, que vestía encima de sus bellos trajes, una delicada y blanca bata que realzaba aún más su belleza, dirigiéndose a los presentes alegó lo siguiente, antes de tener leyes y sitios para vivir y recrearse debemos tener salud, somos nosotros pues, los Galenos quienes sin duda alguna debemos ocupar el puesto de honor discutido en esta reunión.


Fue así como desfilaron, en aquella calida tarde, hasta que llegó la mañana, una gran cantidad de profesionales, que alegaban y defendían sus carreras, para ponerlas en el puesto de privilegio que se quería llegar en aquella reunión; algunos rayaban en la prepotencia y la arrogancia, así como también un lenguaje cada vez más agresivo y altanero, para tratar de imponer su idea. Sin embargo en un apartado rincón de la sala, se hallaba un humilde hombre, quien en todo el día se había limitado únicamente a oír los alegatos de sus camaradas. Percatándose quien presidía aquella reunión, que aquel ciudadano no había hablado, le preguntaron; y usted que opina de lo expuesto en este recinto, no lo hemos oído discutir, ni interrumpir ninguno de los alegatos, es que acaso no le interesa o no tiene profesión definida. En esto se levanta aquél sencillo hombre y le dice, si he oído de forma pasiva y no he interrumpido a ninguno de mis compañeros, es por que he puesto en práctica lo que yo enseño, esta bien pues díganos que enseña y quien es usted,

Yo sencillamente soy un simple mortal, que trata de sacar de las tinieblas de la ignorancia a todo aquel que puedo, oriento y doy ejemplo de actitud cívica, trato de encaminar a aquellos, a que a mi acuden, en busca de una respuesta a sus inquietudes, trato de dar soluciones a una gran cantidad de problemas que nos ahogan, en fin mi profesión esta orientada hacia el despertar del saber, a buscar el amor en los libros, encontrar la verdad de nuestra razón y ser a la vez ejemplo vivo de actitudes nobles. Yo simplemente soy un Educador. El silencio se hizo presente, callaron las voces que gritaban, los murmullos se fueron apagando, cuando la voz de quien presidía el acto, retumbo como un rayo en aquel silencio sepulcral, y concluyo diciendo, es verdad querido amigo, nos has dado una lección del saber, y tenemos que darte las gracias porque ninguno de nosotros estuviera aquí presente, sino fuera contado con ese maestro que nos enseño a leer, a diferenciar los colores, ha apreciar la belleza. Así como también tuvimos la suerte de contar, con aquellos profesores amigos, que supieron soportar la intolerancia de nuestra adolescencia, encaminándonos y dándonos herramientas, para que en nuestro cerebro, se fuera formando la idea de qué queríamos ser en la vida. Y así pasamos a manos de nuestros amados profesores de la universidad, quienes se esmeraron en construir en nosotros, es ideal de profesionalismo, que hoy, nos trajo hasta aquí, para discutir cual de las profesiones es la más importante. Sin duda alguna, que sin los educadores nadie había tenido ni palabra, ni motivo, para esta reunión, entonces pues, tome usted querido educador el puesto más alto dentro de las profesiones, y que Dios todo poderoso los siga iluminando, para que puedan continuar con su noble labor, pues el futuro de mis hijos, de mis nietos y de las generaciones futuras también esta en sus manos.


Terminase así entonces, esa reunión, y sentando al docente en el sitial de honor se le dio pues su justo y merecido reconocimiento. Mas él con la sencillez que lo caracteriza se limito simplemente a decir gracias, pero no merezco tal alto galardón.

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